Hace
algunos años jamás me imaginé hablando
de C.D.P., C.R.S., y de C.P.
Jamás
me vi arriba de esos carros verde oscuro, ni tan cerca de esposas americanas y
chalequillos amarillos, manchados con fluidos de toda clase.
…Y
ya me ves. Acá, hablando de cedepés, ceerreeses, de cepés., de la Ley 20.084,
del Lihuén, y feliz.
No
pienso quedarme mucho tiempo en este país de la última ratio, pero pienso absorber todo lo que pueda mientras esté por
estos lares: he descubierto lo mucho que me gusta aprender, cuestión
sorprendente para alguien tan temeroso de las cosas nuevas, como yo.
¿Será
acaso que por fin comienza a salir el sol?
Lo
sorprendente es que sea tras de los cerros de Quintero. El feo, pero -para mí-
dulce Quintero.
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