-¿Aló?... No
no me cortes, por favor
... No digas nada.
Yo sé que dijimos que ya no más; que no debemos llamarnos, y que dijimos que no nos buscaríamos...
Pero es que quería contarte, querida Helena, que me llamó el Juez de Letras de La Calera, y me ofreció trabajar junto a él, con el grado de oficial 2°
¿Cachai? ¡Me llamó el mismísimo Juez!...
Y como en Febrero yo me quedaba sin trabajo, me viene como anillo al dedo. ¡Es algo tan importante para mí, que quería compartirlo contigo
!
- Espera, déjame decirte algo
...
- No, amor, no digas nada. Ya suficiente hablaste en el pasado. Todo lo dijiste tú, y yo fui un tonto al quedarme callado.
¿Pero sabes? No me volveré a quedar callado
Te diré algo que siento y contra lo que quise luchar
Helena amada, yo te amo, y te amé siempre, incluso cuando me fui, incluso cuando me resistí a amarte
¡Helena te amo!
- Espera, déjame decir
...
- No Helena, no digas más, yo
...
- ¡¡Boludo, qué acá no hay ninguna Helena!!. ¡¡Número equivocado!!
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