martes, 5 de septiembre de 2017
La ventana.
Me preguntas cuando te dejé de amar.
Y yo hago memoria de cuando nos conocimos. Yo pasaba por acá, buscando a una María, cuando de pronto, te vi por tu ventana abierta.
Hago memoria, y me veo visitándote, noche tras noche, en aquella ventana; cantándote canciones al oído; recitándote esos poemas tontos; llevándote violetas en canastillos...
Pero no recuerdo cuando te dejé de amar .
Hago memoria y me veo empinándome en aquella ventana para besarte y compartir contigo algodón de azúcar y cabritas. .. Haciendo el papel de idiota...
Pero no fue ahì cuando te dejè de amar.
Hago memoria y recuerdo que por aquella ventana también te vieron mis amigos, en quehaceres no muy santos.
Pero no fue ahí tampoco cuando te dejé de amar.
Hago memoria y me veo llorando a los pies de esa ventana, prometiéndome jamás volver a pasar por ahí.
Hago memoria y me veo, al otro día, sonriendo como estúpido, mientras oigo las palabras que caían desde aquella ventana, y que quise creer .
Pero te juro que no recuerdo cuando te dejé de amar .
Recuerdo, eso sí, que un día, cuando pasé por ahí, descubrí que habías tapiado para siempre tu ventana.
No sé si ahí te dejé de amar; pero lo que sí sé, es que si no la hubieras tapiado, aún te seguiría amando .
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