¿Nunca has sentido deseos irrefrenables de empinarte sobre el muro que construiste, y mirar de modo furtivo lo que hay detrás?
¿O acaso me dirás que no has sentido la necesidad de saber de ella?
No te creo.
Apuesto que has sentido la necesidad de trepar por esa muralla que levantaste, e ir por ella
.
Cuidado.
Siempre que haya un muro, estará también la tentación de saltarlo.
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